El lamento de Dor-lómin

Archivo para diciembre, 2014

enseñanzas…

enseñanzasInvocación a una alta imagen

A Ruth

Mujer de viento,
permite que la playa de tu oído
recoja el mar de mis palabras.

He de enseñarte a amar lo que yo amo
y has de aprender a amarte toda tú:
He de romper lo unido a la costumbre
para que tu sed conquiste calma.

Ya te hundiste en el agua
y vives, como océano,
ciñendo el continente de mi torso.
¿Ves el reflejo de la sal en los esteros?
He aquí que tu mirada dulcifica.

Estela es tu nombre.
En mí la dejas como un vasto ámbito de espuma
o una turbia primavera aflorando hasta la piel.
¡Ah, la tierna región que ahora me señalas!

Recoge de mi antorcha el fuego suficiente
para quemar la casa de tus padres.

Corazón de designios amables,
acaricia mi esperanza arrodillada.
Te invoco, mujer:
siente la savia de mi voz;
te imploro, imagen alta abierta a mi resguardo.

Abanico del aire, tócame.
Cabellera del fuego, incéndiame.
Ánfora de la alegría, sáciame.
Señora de la luz, concédeme la sombra.

Jaime Labastida
de «El descenso» 1960

 


Rastros

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Escribía un diario.
Con la cabeza llena de pájaros…
Uno de hojas sueltas donde el papel era espontáneo.
Un mantel de papel de una mesa anónima, en umbría, de algún rincón descubierto vagabundeando.
Una servilleta o dos, desmembradas en gasas finas y quebradizas que suponían un reto a mi pluma de tinta verde.
La cara oculta de una hoja de apuntes.
La contracubierta de algún cuaderno de pintura…
Una vez escribí en mi brazo. desde el codo hasta la muñeca, guardando todo bajo una manga que avariciaba mis dedos.
Una vez entinté completamente la planta de mi pie.

Era un diario de fuego.
Con todas esas palabras que me tenían confusa.
Ardor, anhelo, deseo, lujuria, agonía, placer… dolor…
Una vez se coló entre medias un autorretrato a grafito y piel de mi propio escote acalorado.
Un seno desbordaba casi, abalconado y a punto de volar.

El tiempo había borrado las huellas de esta memoria…
Y hoy, desordenando felizmente un poco, encontré un pétalo de esa edad donde la inocencia se viste de baile provocativo sin saber…

Me quedo con una frase al azar…

El orgasmo comenzó justo entre mis ojos y se enterró ávido en mi mente para zambullirse sin rencor entre mis muslos.
Soñé que soñaba complacer…

Ah… mi Dueño…

Gatita de Mitxel, 29 de diciembre, 2014


complementos…

complementos Así nos completamos

Al comienzo el amor, buena muchacha,
al comienzo el amor, las soledades
y las noches doradas.

Al comienzo el amor. Y adivinabas
que el pecho que nutría tus anhelos
te invitaba a su marcha.

Te trajo aquí el amor. Y nuestras ramas
buscaron conseguir pronto la altura,
pronto una tierra honrada.

Bastó mirar alrededor. Y el alba
entró resuelta a gobernar el fuego
tibio de nuestras ansias.

Te trajo aquí el amor. Y ya la casa
del amor se inundaba con los sueños
de libertad, amada.

Levantaste los tajos. Te surcaba
la misma chispa con que yo encendía
la mecha de mis lámparas.

Ya no hubo entonces soledad; ya nada
pudo turbar esa quietud profunda
que vive en tus palabras.

Y hallaste lo que es hoy tu nueva patria:
el sueño justo, el pretender sin tregua
una firme esperanza.

Así emprendemos ya, juntos, la marcha.
Y nada es duro entre los dos, por dura
que sea la batalla.

Por triste y dura, pues la vida traza
para los dos una fragante ruta
radiante y fecundada.

Así nos completamos. Somos altas
simientes injertando otras simientes,
otro sol, otras caras.

Al comienzo el amor, buena muchacha,
para lograr después, palpando el día,
la libertad mañana!

Elvio Romero
De «De cara al corazón» 1961

 


¡Feliz Navidad!

 

¡Feliz Navidad!

 

Happy Christmas (War Is Over)

Happy xmas Kyoko
Happy xmas Julian

So this is Xmas
And what have you done
Another year over
And a new one just begun
And so this is Xmas
I hope you have fun
The near and the dear one
The old and the young

A very merry Xmas
And a happy new year
Let’s hope it’s a good one
Without any fear

And, so this is Xmas
For weak and for strong
For rich and the poor ones
The world is so wrong
And so happy Xmas
For black and for white
For yellow and red ones
Let’s stop all the fight

A very merry Xmas
And a happy new year
Let’s hope it’s a good one
Without any fear

And, so this is Xmas
And what have we done
Another year over
And a new one just begun
And, so happy Xmas
We hope you have fun
The near and the dear one
The old and the young

A very merry Xmas
And a happy new year
Let’s hope it’s a good one
Without any fear
Hare rama, if you want it, etc.
Hare rama now
Etc.
Happy Xmas

John Lennon

 


ausencias…

ausenciasAhuyentemos el tiempo, amor…

Ahuyentemos el tiempo, amor,
que ya no exista;
esos minutos largos que desfilan pesados
cuando no estás conmigo
y estás en todas partes
sin estar pero estando.
Me dolés en el cuerpo,
me acariciás el pelo
y no estás
y estás cerca,
te siento levantarte
desde el aire llenarme
pero estoy sola, amor,
y este estarte viendo
sin que estés,
me hace sentirme a veces
como una leona herida,
me retuerzo
doy vueltas
te busco
y no estás
y estás
allí
tan cerca.

Gioconda Belli

 


desvaríos…

desvariosDesnudo

Lame, arena, su cuello, y ciñe fría
su adormecido seno en ti yacente,
que luego iré a besar esa serpiente
de tu lengua, que el viento desvaría.

Hiere mansa esa flor de la bahía
que asume su mejilla húmedamente,
y ciega esa callada boca ardiente
que no quiere besar la boca mía.

Roza luego su vientre, y la dorada
piel besa de su cálida cintura,
y allí en su centro queda enamorada.

Que ya te templará la calentura
otra flor de mi huerto bien rociada,
si tu lengua se quema en su espesura.

José Luis Cano

 


reversos…

reversosLa Moneda de Hierro

Aquí está la moneda de hierro. Interroguemos
las dos contrarias caras que serán la respuesta
de la terca demanda que nadie no se ha hecho:
¿Por qué precisa un hombre que una mujer lo quiera?

Miremos. En el orbe superior se entretejan
el firmamento cuádruple que sostiene el diluvio
y las inalterables estrellas planetarias.
Adán, el joven padre, y el joven Paraíso.

La tarde y la mañana. Dios en cada criatura.
En ese laberinto puro está tu reflejo.
Arrojemos de nuevo la moneda de hierro
que es también un espejo magnífico. Su reverso
es nadie y nada y sombra y ceguera. Eso eres.
De hierro las dos caras labran un solo eco.
Tus manos y tu lengua son testigos infieles.
Dios es el inasible centro de la sortija.
No exalta ni condena. Obra mejor: olvida.
Maculado de infamia ¿por qué no han de quererte?
En la sombra del otro buscamos nuestra sombra;
en el cristal del otro, nuestro cristal recíproco.

Jorge Luis Borges

 


paisajes…

paisajesLitoral

Estás quieta dentro del paisaje.

El rastro del azul
en la legión de puntas esparcidas.

La espalda como un río
encuentra la belleza en su estar dentro,
un sigilo que se afina,
que expone y que acompaña a la escalera;
ve a él, saborea en él
lo grueso de este labio sobre labio.

Joaquín Pérez Azaústre
De «Delta» 2004

 


huidas…

huidasSilencios

Cuántas veces mis manos te buscaron,
cuántas otras mi cuerpo se secó,
fueron tantas las veces que me diste
tu espalda y un amargo -no-.
Cuántas veces un beso te he pedido,
cuántas otras el amor nunca llegó,
tantas noches pasamos en penumbra,
cerca y lejos, tú y yo.
Ahora ven e intenta seducirme,
ve qué bien aprendo la lección,
mi alma comienza a despedirse,
como respuesta un poco de silencio
y un breve -ya no-.

Ligia García y García

 


enseñanzas…

enseñanzas

Ahora

«Me has enseñado a respirar»
Juan Gelman

Porque ahora paso mi mano sobre el envés de las hojas y sé leer su alfabeto
y si cierro los ojos oigo correr un río y es tu voz que despierta

porque mi cuerpo comienza ahora en ti y acaba más allá de la lluvia
donde alcanzan tus brazos y el miedo acuartelado no vigila

y sé llamar las cosas
de modo que éstas salten se desnuden
y todo sea reciente
para mis ojos que aman en tus ojos

porque en mi llanto crecen blandas plantas carnívoras
y mi sangre palpita como una iguana abierta

porque ahora mi cuerpo recupera sus partes
y nace una piel nueva que derrota el verano

porque me has enseñado a respirar.

Piedad Bonnett

 


pesadillas…

pesadillasLa pesadilla

Sueño con un antiguo rey. De hierro
es la corona y muerta la mirada.
Ya no hay caras así. La firme espada
lo acatará, leal como su perro.

No sé si es de Nortumbria o de Noruega.
Sé que es del Norte. La cerrada y roja
barba le cubre el pecho. No me arroja
una mirada su mirada ciega.

¿De qué apagado espejo, de qué nave
de los mares que fueron su aventura,
habrá surgido el hombre gris y grave

que me impone su antaño y su amargura?
Sé que me sueña y que me juzga, erguido.
El día entra en la noche. No se ha ido.

Jorge Luis Borges