El lamento de Dor-lómin

Entradas etiquetadas como “BDSM

propuestas…

 

Hoy os voy a proponer un libro de poemas de una bloguera amiga mía, María G. Vicent, su poemario se titula «Mientras la vida soñaba», Editorial LxL, lo podeis encontrar en Amazon en tapa blanda y también en versión electrónica para Kindle: https://www.amazon.es/Mientras-so%C3%B1aba-Maria-Garcia-Vicent/dp/8417763430/ref=sr_1_1?__mk_es_ES=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&keywords=Mientras+la+vida+so%C3%B1aba&qid=1581363961&sr=8-1

María rehuye las ataduras del formalismo y la métrica y, fiel a sí misma, se instala en el verso libre para regalarnos unos poemas intimistas, que denotan una sensibilidad exquisita, pero al mismo tiempo dotados de una omnipresente sensualidad mediterránea que nos inunda el alma mientras, poema a poema, nos va mostrando pedazos de su corazón. Hé aquí una muestra de su poesía:

Besame

Bésame

Mientras vuelan mis manos
entre las costuras que bordan tu anhelo
y convierte el beso
en pasión, locura,
hambre de lo eterno.
Luz que agoniza
entre dos parpadeos
que moldea el tiempo.
Temblor rotundo
que trasciende
más allá de nuestros miedos.
Bésame
mientras nuestra saliva
se deriva en verso
y convierte el beso
en silencio, canto,
grito de deseo,
música de tacto,
notas escapadas
de un himno secreto,
risa que se pierde
entre aquellos pliegues
de un color perfecto.
Bésame
mientras con mis manos
esculpo tu cuerpo.

María G. Vicent

 


¡Feliz día 24/7!

¡Feliz día 24/7!

¡Feliz día 24/7!

¡Feliz día 24/7!


bacantes…

bacantes

La bacante y Dionisios

En la noche escuché tu voz.
Entre sueños fui llamada por ti.

Sin pereza aparté la ropa de mi lecho.
En seguida puse mi pie en el frío suelo.

Y pisé las aliagas para subir a tu monte.
Apretando los espinos busqué tu cumbre.

En una mano el tirso, en la otra el collar de la fiera.
Levantaba la vid en la derecha, con la izquierda arrastraba el animal.

Bajo las estrellas desparramé mis cabellos.
En las sombras desaté mis ataduras.

A sedientos sorbos, mi sedienta garganta acabó con tu vino.

Borracha de ti mismo, en el gemido de mi boca ardes.

Puse mi corazón, como un racimo, bajo tus pies de vendimiador .

Mi espalda, como una yegua virgen, al estallido de tu relinga.

Me hice gesto en todas las liturgias que te honran.

Me hice palabra en todas las oraciones que suben hacia ti.

Sabes bien que soy tuya: desde tu trono recibiste mi ofrenda.

Mi amor resplandece a tus ojos: se ve su llama desde el más allá.

Sin embargo, me dejas arder en el fuego que me escuece.
A pesar de todo, no alejas el torrente de angustia que me empapa sin descanso.

Desde el fondo de mi amor despreciado clama a ti mi tormento.

Mi ternura de paloma lucha con tu crueldad de buitre desgarrador.

-Si tu brazo poderoso me arrastró a la noche de tu misterio;
si con voz de tórtola acurrucada me llamaste al bosque de tu nido

¿por qué golpeas mis senos rendidos con el granizo de tu dureza?
¿hasta cuándo clavarás en mi dulce vientre las saetas de tu furor?

-Ama, calla y aguanta, si de verdad amas.
Envuélvete en tu dolor y en tu noche, si me tienes por placer y por luz.

¿Piensas que se puede amar a un dios sin llegar a ser diosa?
¿Piensas que puede nacer una diosa sin que muera una mujer?

Porque me eres bienvenida, he de macerar tu cuerpo para las nupcias.
Porque has de gozar conmigo, te igualaré a mí.

Te quemaré, te quemaré, para que en chispas subas.
He de herirte, he de herirte, para beber tu sangre.

¿Cómo has de nacer en tu ser de mañana si no agonizas en tu ser de hoy?
¿Cómo nacerías para mí si no murieras para ti?

De las tablas de tu ataúd he de hacer tu cuna.
Amasando tus cenizas esculpiré el cuerpo que ya no perderás.

Cuando me dices crueldad son tus labios de tierra los que me hablan.
Cuando tengas tus labios de cielo me has de decir amor.

Ricardo Carballo Calero
De «Oratorio»

 


redes…

redes

Cual red que me retenga…

Cual red que me retenga,
dónde un mástil como a Ulises,
dónde un muro de algas pérfidas
que me corte este vuelo,
que me imprima en la lengua
otra sed que no sea
esta sed de tomarte
con huracanes ciegos.
No hay cuerda que me toque,
no hay turbios arrecifes.
Soy un rayo perfecto.
Ardo en un girasol
delirante de celo.
La sangre se me escapa,
tornado adolescente.
Una orquídea de oro
te he de poner por sexo.
No hay ríos maniatados,
no hay sal, no hay torcedura
que me lacere el paso.
Voy a beber el mar
que guardas retenido,
a arrancarte la copa,
el algodón de nieve,
de la leche los lares,
lentos linos, luceros.

Cubro tu cielo tu espalda.
Tú entre mi espalda y el cielo.

Ana Istarú

 


cetrerías…

cetrerias

Quién es esta sombra…

Quién es esta sombra
que aterriza limpiamente en mi cuerpo
como un halcón.

Su garra me frena las muñecas y la huida.

Su aliento de niebla va sajando despacio,
los tersos y ahora bermejos visillos de mi vientre.

Almudena Guzmán

 


Feliz día 24/7

Feliz día 24/7¡¡Feliz día 24/7!!

En especial a mis queridísimas Nekochan y Meinuchan.

Os quiero

❤ ❤

 


Ven…

e6d9873b-a837-40df-9123-f2a2427cd1f3

 

Ven… Viste mi piel con tus besos, toma rienda suelta de mi cuerpo, la humedad de mi sexo, enciende fuego en mí con la pasión más salvaje, con esa que nace del fondo de tus lujurias, de tus perversiones mentales y deseos carnales, del juego de tus manos, la perversidad de tu lengua y la intensidad de tu dominio…. Ven haz en mi tu voluntad.

 

Meinuchan de Mitxel.


Habítame…

3c315f1d-f5c4-47cc-9565-11198d37db1a

 

Habítame, penétrame.
Sea tu sangre una con mi sangre.
Tu boca entre mi boca.
Tu corazón agrande el mío hasta estallar…
Desgárrame.
Caigas entero en mis entrañas.
Anden tus manos en mis manos.
Tus pies caminen en mis pies, tus pies.
Árdeme, árdeme.
Cólmeme tu dulzura.
Báñeme tu saliva el paladar.
Estés en mí como está la madera en el palito.
Que ya no puedo así, con esta sed
quemándome.
Con esta sed quemándome.
Juan Gelman.


aéreos…

aereos

Deslumbramiento por el deseo

Instantáneo relámpago
tu aparición
Te asomas súbitamente
en un vértigo de fuego y música
por donde desapareces

Deslumbras mis ojos
y quedas en el aire

Raúl Gómez Jattin

 


Llamada inesperada…

IMG-20180602-WA0012

 

Hoy recibí una llamada inesperada, era él, diciéndome que estaba aquí, hospedado en un hotel, que me esperaba en el restaurante de ese hotel, yo me quedé en shock, no lo podía creer, me sentía emocionada e incrédula a la vez, pero excitada, nerviosa por saberlo aquí y por poder mirarlo por primera vez, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, estaba temblando y le pedí no bromeara con eso, le pedí que no jugara con mis emociones, y él en tono serio me contesto: Yo no juego con eso Perra mía, estoy aquí, quiero verte, poseerte, dominarte, cogerte, hacerte mía… sus palabras estremecieron mi ser, el cuerpo me temblaba, mi coño me delataba y mi corazón latía tan rápido que parecía escaparse de mi pecho para ir a su encuentro. Me dijo: escucha con atención antes de venir tienes que seguir estas indicaciones, si no lo haces ya sabes lo que te espera perra!, yo sólo pude susurrar un: Sí, mi Amo… vendrás con un vestido color negro, que no sea ceñido al cuerpo, que tenga vuelo, sin bragas y sin bra…. sólo, lo escuchaba atenta pero cada vez más ansiosa y excitada; con maquillaje discreto y cabello recogido. Así será mi Señor respondí… te quiero puntual un minuto tarde y te castigaré…. Sí, Mi Señor…. rápido me metí a la ducha, era imposible dejar de temblar por la emoción y la excitación, me sentía muy caliente, deseosa, ansiosa y húmeda, mientras me duchaba miles de imágenes y preguntas venían a mi mente: ¡Está aquí, no lo puedo creer! ¿Qué voy hacer cuando lo tenga en frente? ¿Cómo voy a reaccionar? ¿Cómo será ya en persona? ¿Cómo olerá? ¿Me podré contener al verlo? ¿Le gustaré?….. puufff yo misma trataba de controlarme y calmar mis nervios… ¡ya Viento, tranquila!, no te adelantes, ni te predispongas, todo estará y saldrá bien, mientras me repetía esas palabras en mi mente y enjabonaba mi cuerpo podía sentir mis pechos duros, mis pezones excitados y paraditos, los acariciaba con una mano, mientras con la otra bajaba a mi vientre, en medio de mis piernas era evidente mi excitación, podía sentir ese botóncito que era mi clítoris hinchado, duro, excitado, brotando en medio de mis labios vaginales, lo frotaba con las yemas de mis dedos -hummm- se sentía tan rico, me estremecía pensado en él, contorneaba mi cuerpo, estaba muy, muy caliente, me sentía la más puta, como una perra en celo pensando en él… de repente su voz en mi mente me volvió a la realidad: «Perra, tienes prohibido tocarte si yo, no lo ordeno! te castigaré por ello»…. terminé de ducharme y me alisté lo más rápido que pude, me sentía torpe, mis manos temblaban peor que maraquero en pleno concierto, me vestí, me maquillé y peiné tal como él lo ordeno, salí de casa, me subí al coche para manejar rumbo a su encuentro. El camino de casa al restaurante se me hizo eterno, era inevitable no sentir la humedad en medio de mis piernas, mi clítoris rozando la tela del vestido y el asiento del carro.
Sentía mis pechos cada vez más duros, los pezones punzantes, como si quisieran atravesar la tela del vestido, era evidente lo caliente y excitada que estaba…. sentía una mezcla de vergüenza, pero a la vez adrenalina de que alguien notara mis pechos asomándose por mi escote y trasluciéndose por la tela del vestido… era una sensación y emoción que jamás había sentido, pero no me incomodaba a pesar de la vergüenza que podía sentir; al contrario, más me excitaba y me hacía sentir más SUYA, su puta, su perra más caliente…. pero a la vez en mi vergüenza pensaba ¿Cómo se atreve mi Amo a pedirme que no me ponga bra? con lo tetona que estoy… sí que es un cabrón y perverso, le gusta ponerme en tensión… seguro si mi Amo me viera en estos momentos, disfrutaría al ver a su perra avergonzada, tratando de disimular lo que él es capaz de lograr en mí, movía mi culo en el asiento para sentir el roze de mi clítoris nuevamente, era una sensación tan rica, que solo podía morder mis labios e imaginar su voz en mi cabeza diciéndome: «qué puta eres mi perra, y me encanta que seas así de puta», preguntándome ¿Quién era él? ¿Y quién era yo?….
Yo misma en mis pensamientos respondía usted es mi Amo, mi Dueño, mi Señor, mi cabrón, mi daddy, mi hombre, que hace y dispone de mi cuándo y cómo quiere… yo soy su sumisa, su perra fiel, su puta caliente, su cerda en celo, su mascota, que usa y toma a su antojo y capricho…
Mientras movía mi culo en el asiento podía sentirme cada vez más húmeda, más mojada, sentí miedo de manchar la tela del vestido y que al momento de bajar del carro fuera evidente la mancha de humedad en el, así que aproveche un alto y me subí el vestido, dejando mis nalgas directas en el asiento, un gemido salió de mí al sentir las costuras del asiento directamente en mi coño, ese borde en mi clítoris -huuummm- ¡eres una puta perra Viento, pensé; ¡Sí, me respondí, tan puta como mi Amo desee que sea!!! movía disimuladamente mi culo en el asiento y a la vez me fijaba a los costados del carro para ver si alguien me estaba mirando y se daba cuenta de lo caliente que estaba, en el fondo de mi deseaba que alguien lo hiciera…. sonreía pensando en él; si mi Amo me viera; podía imaginar su sonrisa perversa y lujuriosa, orgulloso de ver la puta que está despertando en mí, para él, para su placer y su disfrute… Hasta yo misma me asombraba.
Llegando al estacionamiento del hotel trate de tranqulizarme, me ví en el espejo, peiné mi pelo un poco con los dedos, revisé mi maquillaje, quería estar perfecta para él, respiré profundo y bajé del carro, sentía mis piernas temblorosas, se me doblaban como fideos al caminar, peor que un novillo recién nacido…. intenté disimular un poco al bajar del carro, pude ver la humedad que había dejado en el asiento, y sentí mi coño escurrir por mis muslos.
Llegando al restaurante me recibió una chica, pregunte por él y ella me guió a su mesa, ese trayecto se me hizo largo, la adrenalina, la ansiedad, la excitación y los nervios se apoderaron de mi, ¡por Dios! aún no puedo creer que lo veré, que estaré delante de él, no sé si pueda mirarle a los ojos, si él notará todo lo que me provoca, lo que me hace sentir?!…. ¿Cómo será su mirada? ¿Qué cara pondrá al verme? ¿Estará más alto que yo? ¿Y si mejor me regreso?…. ¡¡¡Estás loca Viento!!! ya estas aquí y has anhelado este momento por meses. Llegando a su mesa lo ví, ahí estaba él, -puuufff- ¡por Dios! sentía mi corazón latir como nunca, lo veía y pensaba es él, es mi Amo, mi Dueño, deseaba abrazarlo fuerte, besarlo, olerlo, moría de ganas por hacerlo, él me miro y sonrió, ¡por Dios! esa sonrisa pensé, ¡¡me encanta!! esos ojos ¿cómo no sentir esto por él?.. se dará cuenta de que estoy temblando, sentía mi quijada temblorosa, mi boca seca, no podía articular palabra alguna, solo mirarlo con una devoción que deseaba inclinarme ante él; sé que lo notó, caminó hacía mí, tomó mi mano, se acercó a mi oído y susurro: «Estás hermosa mi perra y me complace que hayas cumplido mis indicaciones», me abrazo tan fuerte que sentí pegaba todos mis pedazos, que las dudas y miedos se desvanecieron, miré en sus ojos, en su mirada que era sincero, que podía abandonarme a él, mientras me abrazaba me dijo: «estás temblando me gusta, me gustan sentir tus pechos y tus pezones duros en mi pecho», bajó una de sus manos y disimuladamente la metió en medio de mis piernas, me sorprendí y por inercia miré a los lados para cuidar nadie nos estuviera mirando, él dijo: «ERES MÍA PERRA Y DÓNDE YO QUIERA COMPRUEBO TU HUMEDAD» esas palabras me excitaron e hicieron que humedeciera aún más ¡buena perra! exclamó en voz baja… sacó sus dedos de mi coño y me indicó me sentara a un lado de él, mirando hacía las demás personas que estaban en el restaurante, con mi vestido levantado que mis nalgas estuvieran directo en la silla…. estamos conectados, pensé igual de perverso que yo, sonreí discretamente.
Sentados los dos ya en la mesa, con sus dedos bañados de mi humedad los lamió, los saboreó uno a uno frente a mi -uuufff- pensé por eso me encanta por perverso y morboso, me dijo: «que rica sabes perrita, hoy compruebo lo que me dijiste un día que tu sabor era dulce, ¡me encanta!» ¿Quieres probar? preguntó-  Sí mi Amo, respondí, pensando que me pondría sus dedos en mi boca, y me dijo abre tus piernas, mis dedos ya no tienen de tu esencia, yo nerviosa mirando para todos lados, para ver si alguien nos veía, obedecí, abrí un poco mis piernas para que él metiera sus dedos ¡que rico perrita! me encanta que estés tan caliente, tan mojada, que seas tan obediente y puta… sus dedos entraban en mi, hurgando, yo mordía mis labios para no gemir – ¿Estás caliente mi putita? preguntó-  mucho mi Amo, respondí… sacó sus dedos de mi coño, los puso en mi boca y me ordeno chuparlos… esa sensación de humillación y exhibición me ponía en tensión, me excitaba, me ponía cada vez más caliente, más perra… obedecí y empecé a chupar uno a uno sus dedos, saboreándolos… así perrita que bien lo haces, no pares hasta que yo lo ordene! …
A los lejos miramos al mesero venir rumbo a nuestra mesa para tomar la orden…. y pensé ¿A que hora me dirá que pare? ¿Acaso me tendrá chupándole los dedos mientras el mesero toma la orden? ….. pero irónicamente a la vez no me importaba disfrutaba chupar sus dedos impregnados con mi humedad, imaginando fuera su verga, me sentía como una niña chupando una rica paleta, a escasas mesas de llegar el mesero con nosotros me ordenó parar… no deseaba hacerlo, pero obedecí… inesperadamente mientras el mesero tomaba nuestra orden mi dueño acariciaba mis muslos, buscando mi coño, eso hizo que mi cara se desencajara, que me agitara y excitara aún más…. intentaba disimular, de no mirar al mesero para no darme cuenta si él veía lo que mi Amo me hacía, escuchaba a mi Amo pedir su orden tranquilo, ecuánime, paciente, inexpresivo, cómo todo un Dominante y Señor, en medio de mi excitación, de mi delirios apenas y escuché una voz que me preguntaba que iba a ordenar, no podía articular palabra alguna, temía abrir la boca y se me escapara un gemido, un suspiro..
Mi Amo me calaba, cada vez que el mesero me preguntaba algo, él hundía sus dedos más en mí, le gustaba jugar conmigo, sabía que me estaba conteniendo y que me costaba hablar así que él ordenó por mi, mientras veíamos como el mesero se alejaba mi Amo sacó sus dedos y me los ofreció nuevamente, mientras se los chupaba, me humillaba con una voz muy leve: «¡ERES MÍA PERRA, ERES MI CERDA LAMEVERGA Y ME ENCANTAS!» …seguí chupando sus dedos y él disimuladamente metió su otra mano en mi escote, que ricos pezones tienes me decía mientras los pellizcaba, mis gemidos se ahogaban en su mano, mientras chupaba sus dedos….. me sentía tan humillada, tan exhibida, tan excitada, tan caliente, tan puta, tan perra, tan cerda que deseaba me cogiera ahí mismo que me tumbara sobre la mesa boca abajo, levantara la falda del vestido y me metiera su verga dura, de un solo golpe , empecé a desvariar, a imaginar…
Ya no me importaba si nos miraran o no, sólo deseaba que me hiciera suya, sólo deseaba obedecerlo, suficiente, me dijo: deja de lamer, ahora baja tu mano por debajo de la mesa y busca mi verga para que veas lo que tu obediencia provoca en tu Amo… así lo hice, bajé mi mano y acaricié por encima de su pantalón su muslo, subí hasta llegar a su verga que se sentí dura, excitada, hinchada, a punto de romper el ziper.
Deseaba meterla a mi boca, ponerme debajo de la mesa y mamársela, devorarla con mi boca, de repente me tomó con ternura por la barbilla y me dijo: «Sé lo que estás pensando y deseas mi perrita golosa, y lo harás, porque yo también lo deseo, pero ahora es tiempo de almorzar, después co…meremos.

 

Meinuchan de Mitxel.


Suya…

IMG-20180518-WA0016

 

Hoy, al igual que otros días y otras noches pude ser completamente suya, pude sentir su fuerza, su rudeza, su seducción, su poder, su dominio; la pasión y el éxtasis que nos une y nos envuelve, la plenitud de su dominación, pude ver la lujuria en sus ojos y su sonrisa perversa que tanto me gusta… Pude sentir el dulce sonido del cinturón, la suave mordida de las pinzas sobre mis pezones, mi piel caliente y ardiendo, tomando ese color rojizo que tanto le gusta, el cinturón marcando mis pechos, mi mente vuela, mi alma vibra, mi coño se moja y baña mis nalgas, mi piel se estremece y mi cuerpo pide más, estoy delante de usted mi Amo, mi Dueño, el que me debilita con una sola palabra y me hace temblar con su presencia provocando miles de emociones, de deseos y sensaciones en mi…. Soy suya mi Amo, en cada momento, en cada segundo ¡Yo, soy suya! Su niña, su pequeña, su puta, su perrita, su dragona, su sumisa… Me entrego a usted consciente de mi libertad, en sus manos estoy, bajo su dominio y cuidado, a sus pies es el lugar donde elijo estar y pertenecer cada día.

 

Meinuchan de Mitxel.


cegamientos…

cegamientos

Eros

Escalo la montaña de tu pecho.
Tus manos son la suma del ardor.
Me pierdo por la fiebre de tus labios.
Nos estalla en los muslos un volcán.

Tu aroma de canela y yerbabuena.
Mi almizcle y mi naranja y mi jazmín.
Y tu olor de simiente desgranada,
y la arena anhelante de mi sed.

Las palabras son música infinita,
estremecido son de viento y mar,
puertas del abandono y la pasión.

No necesito verte: te dibujo
con mis dedos, mis labios y su sal.
Y paladeo el gusto de tu piel.

Isabel Rodríguez Baquero

 


ofrendas…

ofrendas

Entrega

Envuélveme…..No temas.
Ante tu fuego vivo
mi carne se deslumbra,
y surge castamente
entre el temblor rosado
de mi liviano traje
para poder ser tuya.

¿No aspiras en el aire
una fragancia débil
que enerva y que conturba?
¿No sientes que tu aliento
se prende como un velo
de sombra en mi cintura?…
Ya ves que hasta mis ojos
en esta noche tienen
fulguración oscura,
y en tus rodillas firmes
mis manos se desgranan
como rosas maduras.
Y al enredar tus dedos
en mis cabellos claros
siento extraña frescura,
mientras caen tus besos
en mi boca sedienta
con la humedad fragante
que se raja una fruta.
Aspírame despacio….
Iniciaré mi entrega
sobre tu carne oscura,
y me alzaré del fuego
santificada y bella
como se alza del mármol
una estatua desnuda.

Laura Victoria


inicios…

Siguiendo los protocolos de la comunidad BDSM hago saber que la sumisa conocida como Viento de Otoño se ha arrodillado ante mí solicitando que la tome a mi cuidado, a lo cual he accedido con mucho gusto. Por tanto a partir de este mismo momento la reclamo para mi casa, el Clan de los Dragones, donde ha ingresado con el nombre de Kazeaki Meinuchan.

Mitxel Viteri (Amo Vikingo)

 


tactos…

tactos

No hay palabras

Tocas un cuerpo, sientes su repetido temblor
bajo tus dedos, el cálido transcurrir de la sangre.
Recorres la estremecida tibieza,
sus corporales sombras, su desvelado resplandor.
No hay palabras. Tocas un cuerpo; un mundo
llena ahora tus manos, empuja su destino.
A través de tu pecho el tiempo pasa,
golpea como un látigo junto a tus labios.
Las horas, un instante se detienen
y arrancas tu pequeña porción de eternidad.
Fueron antes los nombres y las fechas,
la historia clara, lúcida, de dos rostros distantes.
Después, lo que llamas amor, quizá se torne forzada promesa,
levantado muro pretendiendo encerrar,
aquello que únicamente en libertad puede ganarse.
No importa, ahora no importa.
Tocas un cuerpo, en él te hundes,
palpas la vida, real, común. No estás ya solo.

Juan Luis Panero
De «A través del tiempo» 1968


retornos…

retornos

Dilo, dilo otra vez…

Dilo, dilo otra vez, y repite de nuevo
que me quieres, aunque esta palabra repetida,
en tus labios, el canto del cuclillo recuerde.
Y no olvides que nunca la fresca primavera

llegó al monte o al llano, al valle o a los bosques,
en su entero verdor, sin la voz del cuclillo.
Me saluda en las sombras, amado mío, incierta,
esa voz de un espíritu, y en mi duda angustiosa,

clamo: «¡Vuelve a decir que me quieres!» ¿Quién
teme un exceso de estrellas, aunque los cielos colmen,
o un exceso de flores ciñendo todo el año?

Di que me quieres, di que me quieres: renueva
el tañido de plata ; mas piensa, amado mío,
en quererme también con el alma, en silencio.

Elizabeth Barret Browning
Versión de Màrie Manent

 


collares…

collares

Las joyas

Quiero cubrir de joyas tu cabello,
tu garganta y tu pecho, brazos, manos,
en memoria de todas las caricias
que te haga ahora y que te hice antes.

Como lluvia, las joyas en tus miembros,
como lluvia los besos de mi amor,
y bajo cada beso que se encienda
un nuevo resplandor, como una estrella.

Una joya por beso, que ilumine,
quieta noche, lo noble de tu cuerpo;
mas después del gran día, luego el día;
la esposa, sin las joyas, del esposo.

Joan Maragall

 


incendios…

incendios

Erótica

Pon en guardia tu cuerpo y el ritmo de tus sueños.
Desde la médula del tiempo busco tu paraíso,
la mezcla de tu sangre,
el crisol de tu sexo
donde el futuro ensaya su cósmica simiente.

Estoy desnuda como el eco de la primer mañana,
con mi sed disparada como una bala al cosmos,
acechando tus manos, el cielo de tu boca,
la genital presencia entre tus muslos firmes.

Ah, pero mi amor no altera tus sólidos baluartes,
te sellas castamente para esquivar mi asedio,
estás sordo a mi grito,
al fragor de mi sangre,
a la insomne ternura que para ti alimento.

Déjame ser el vértigo que apura tu caída,
el vino que amedrenta tus íntimos pudores,
la hoguera donde crujan
tus huesos uno a uno,
el amor que aniquile tu párvula indolencia.

Dame tu luz, tu risa, la fuerza que te escuda,
el clima de arrogancia que yergue tu estatura,
tus ojos invasores
y esa vital delicia
que se aferra a tu cuerpo y dora tu epidermis.

Entrégame tu enigma, la descifrada clave
que me guíe al prohibido torreón donde sueñas.
Te escalaré en silencio,
exhausta de anhelarte
y seremos dos leños nutriendo el mismo fuego.

Flor Alba Uribe

 


amaneceres…

amaneceres

De amor cortés

                «¡Oh Dios, oh Dios, el alba! ¡Qué pronto viene!»
                       Fragmento de un alba del siglo XV

Me has amado otra vez, tan delicadamente
-pueden también las fieras usar de cortesía-,
me has desnudado el cuerpo, aunque estaba desnuda,
abriéndome la piel con la boca y las uñas.

Es hermoso el dolor, doloroso el deseo,
tú más hermoso aún, más hiriente por tanto,
y es hermoso tenerte entre sangre y saliva,
apretado y caliente, hambriento todavía.

Quieran Dios y la Carne firmar una alianza,
que se alargue la noche más allá de la noche,
que se apague el lucero que anuncia la alborada
por que sólo amanezca debajo de las sábanas.

Josefa Parra
De «Alcoba del agua» 2002


aftercare…

aftercare

Beso

¡Qué sola estabas por dentro!

Cuando me asomé a tus labios
un rojo túnel de sangre,
oscuro y triste, se hundía
hasta el final de tu alma.

Cuando penetró mi beso,
su calor y su luz daban
temblores y sobresaltos
a tu carne sorprendida.

Desde entonces los caminos
que conducen a tu alma
no quieres que estén desiertos.

¡Cuántas flechas, peces, pájaros,
cuántas caricias y besos!

Manuel Altolaguirre

 


éxtasis…

extasisNosotros

Tu olor a hombre
pasea por mi cuerpo
Tus manos ásperas
calientes
seguras
Mi abandono mi éxtasis

El tuyo

María Clara González
De «Pulso interno»

 


feliz día 24/7

Feliz día 24/7

¡¡Feliz Día 24/7 a tod@s!!


sustentos…

sustentosCómo decir de pronto…

Cómo decir de pronto:
tómame entre las manos,
No me dejes caer. Te necesito:
acepta este milagro,
tenemos que aprender a no asombrarnos
de habernos encontrado,
de que la vida pueda estar de pronto
en el silencio o la mirada.
Tenemos que aprender a ser felices,
a no extrañarnos
de tener algo nuestro.
Tenemos que aprender a no temernos
y a no asustarnos
y a estar seguros.
y a no causarnos daño.

Julia Prilutzky

 


euforias…

euforias

Alegría

Llegué por el dolor a la alegría.
Supe por el dolor que el alma existe.
Por el dolor, allá en mi reino triste,
un misterioso sol amanecía.

Era alegría la mañana fría
y el viento loco y cálido que embiste.
( Alma que verdes primaveras viste
maravillosamente se rompía. )

Así la siento más. Al cielo apunto
y me responde cuando le pregunto
con dolor tras dolor para mi herida.

Y mientras se ilumina mi cabeza
ruego por el que he sido en la tristeza
a las divinidades de la vida.

José Hierro
De «Alegría» 1947