El lamento de Dor-lómin

Archivo para diciembre, 2009

Feliz Año Nuevo!!!

Feliz Año Nuevo!!! Besos y abrazos para tod@s vosotr@s!!!

OTRO POEMA DE LOS DONES

Gracias quiero dar al divino
laberinto de los efectos y de las causas
por la diversidad de las criaturas
que forman este singular universo,
por la razón, que no dejará de soñar
con un plano del laberinto,
por el rostro de HELENA y la perseverancia de Ulises
por el amor, que nos deja ver a los otros
como los ve la divinidad,
por el firme diamante y el agua suelta,
por el álgebra, palacio de precisos cristales,
por las místicas monedas de Angel Silesio,
por Schopenhauer,
que acaso descifró el universo,
por el fulgor del fuego
que ningún ser humano puede mirar sin un asombro continuo,
por la caoba, el cedro y el sándalo,
por el pan y la sal,
por el misterio de la rosa
que prodiga color y que no lo ve,
por ciertas vísperas y días de 1955,
por los duros troperos que en la llanura
arrean los animales y el alba,
por la mañana en Montevideo,
por el arte de la AMISTAD,
por el último día de Sócrates,
por las palabras que un crepúsculo se dijeron
de una cruz a otra cruz,
por aquel sueño del Islam que abarcó
mil noches y una noche,
por aquel otro sueño del infierno,
de la torre que el fuego purifica
y de las esferas gloriosas,
por Swedenborg,
que conversaba con los ángeles en las calles de Londres,
por los ríos secretos e inmemoriales
que convergen en mí,
por el idioma que, hace siglos, hablé en Nortumbria,
por la espada y el arpa de los sajones,
por el mar, que es un desierto resplandeciente
y una cifra de cosas que no sabemos
y un epitafio de los vikings,
por la música verbal de Inglaterra,
por la música verbal de Alemania,
por el oro, que relumbra en los versos,
por el épico invierno,
por el nombre de un libro que no he leído: «Gesta dei per Francos»,
por Verlaine, inocente como los pájaros,
por el prisma de cristal y la pesa de bronce,
por las rayas del tigre,
por las altas torres de San Francisco y de la isla de Manhattan,
por la mañana en Texas
por aquel sevillano que redactó la Epístola Moral
y cuyo nombre, como él hubiera preferido, ignoramos,
por Séneca y Lucano, de Córdoba,
que antes del español escribieron
toda la literatura española,
por el geométrico y bizarro ajedrez,
por la tortuga de Zenón y el mapa de Royce,
por el olor medicinal de los eucaliptos,
por el lenguaje, que puede simular la sabiduría,
por el olvido, que anula o modifica el pasado,
por la costumbre,
que nos repite y nos confirma como un espejo,
por la mañana, que nos depara la ilusión de un principio,
por la noche, su tiniebla y su astronomía,
por el valor y la felicidad de los otros,
por la patria, sentida en los jazmines
o en una vieja espada,
por Whitman y Francisco de Asís, que ya escribieron el poema,
por el hecho de que el poema es inagotable
y se confunde con la suma de las criaturas
y no llegará jamás al último verso
y varía según los hombres,
por Frances Haslam, que pidió perdón a sus hijos
por morir tan despacio,
por los minutos que preceden al sueño,
por el sueño y la muerte,
esos dos tesoros ocultos,
por los íntimos dones que no enumero,
por la música, misteriosa forma del tiempo.

Jorge Luis Borges

 


Victoria

Canto 10

Victoria, sí, sentido sobre la razón,
madre de instinto, ser de mis espacios,
fin de todos los tiempos y principio
de todo lo que crece, nada y vuela,
germen del fuego y de la música,
memoria inamovible de la luz.

Cuanto hay de cierto nace de tu risa;
la esperanza son tus ojos,
mientras el futuro duerme, tibiamente acariciado,
entre tus manos.

La otra vida eres tú,
la que se construye de sueños, la real desencadenada
que viene del fondo de lo humano y a él retorna,
amorosa; raíz de la especie luchando contra la sangre inútil,
dulzura frágil del amor que se repliega
cuando la bestia anda cerca.

Habré de protegerte, amada,
ahora que es tiempo de ladrones.

Jaime Augusto Shelley


Un presente, una presencia….

RIMA XVI

Si al mecer las azules campanillas
de tu balcón,
crees que suspirando pasa el viento
murmurador,
sabe que, oculto entre las verdes hojas,
suspiro yo.
Si al resonar confuso a tus espaldas
vago rumor,
crees que por tu nombre te ha llamado
lejana voz,
sabe que, entre las sombras que te cercan
te llamo yo.

Si se turba medroso en la alta noche
tu corazón,
al sentir en tus labios un aliento
abrasador,
sabe que, aunque invisible, al lado tuyo
respiro yo.

Gustavo Adolfo Becquer



Cyrano o la union de la pluma y la espada

Primera carta de amor a Roxana

Esta carta de amor que he escrito
y reescrito cien veces
hasta quedar ahíto, colocando
mi alma al lado del papel
será la mensajera
de mi amor más fiel.
Estoy en vuestras manos.
Este pliego es mi voz.
Esta tinta es mi sangre.
Esta carta soy yo.

Sabed que mi cuerpo está
exhausto de fiebre.
Y que temo
que mi corazón se quiebre.
Pues si los besos fueran
un poco más sabios
vos leeríais mi carta
con los labios.

Más allá de este mundo,
vulgar y mentiroso
existe un país
que da al corazón reposo.
Lejos del mundo amargo,
violento y arrogante,
hay un país
donde el amor es importante.

Cyrano de Bergerac

Edmond Rostandt


plenilunio….

TRISTEZA DE LA LUNA

Esta noche, la luna sueña con más pereza;
y al igual que una mujer hermosa, tumbada en cojines,
con mano distraida y ligera acaricia
el dibujo de sus senos, antes de quedarse dormida
y desfalleciente, en el lomo satinado de aludes suaves,
a éxtasis prolongados y lánguidos se entrega,
y sus miradas pasea por las visiones blancas
que ascienden en el azul como floraciones.

A veces, en medio de su languidez ociosa,
deja en este mundo caer una lágrima furtiva,
y un piadoso poeta, enemigo de dormir,
en el hueco de su mano acoge esa pálida lágrima,
es como un fragmento de ópalo con reflejos irisados,
y en su corazón la guarda, lejos de los ávidos ojos del sol.

Charles Baudelaire

 


Introspecciones….

YO

La calavera, el corazón secreto,
los caminos de la sangre que no veo,
los túneles del sueño, ese Proteo,
las visceras, la nuca, el esqueleto.
Soy esas cosas. Increíblemente
soy también la memoria de una espada
y la de un solitario sol poniente
que se dispersa en oro, en sombra, en nada.
Soy el que ve las proas desde el puerto;
soy los contados libros, los contados
grabados por el tiempo fatigados;
soy el que envidia a los que ya se han muerto.
Más raro es ser el hombre que entralaza
palabras en un cuarto de una casa.

Jorge Luis Borges