El lamento de Dor-lómin

bondage

propuestas…

 

Hoy os voy a proponer un libro de poemas de una bloguera amiga mía, María G. Vicent, su poemario se titula «Mientras la vida soñaba», Editorial LxL, lo podeis encontrar en Amazon en tapa blanda y también en versión electrónica para Kindle: https://www.amazon.es/Mientras-so%C3%B1aba-Maria-Garcia-Vicent/dp/8417763430/ref=sr_1_1?__mk_es_ES=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&keywords=Mientras+la+vida+so%C3%B1aba&qid=1581363961&sr=8-1

María rehuye las ataduras del formalismo y la métrica y, fiel a sí misma, se instala en el verso libre para regalarnos unos poemas intimistas, que denotan una sensibilidad exquisita, pero al mismo tiempo dotados de una omnipresente sensualidad mediterránea que nos inunda el alma mientras, poema a poema, nos va mostrando pedazos de su corazón. Hé aquí una muestra de su poesía:

Besame

Bésame

Mientras vuelan mis manos
entre las costuras que bordan tu anhelo
y convierte el beso
en pasión, locura,
hambre de lo eterno.
Luz que agoniza
entre dos parpadeos
que moldea el tiempo.
Temblor rotundo
que trasciende
más allá de nuestros miedos.
Bésame
mientras nuestra saliva
se deriva en verso
y convierte el beso
en silencio, canto,
grito de deseo,
música de tacto,
notas escapadas
de un himno secreto,
risa que se pierde
entre aquellos pliegues
de un color perfecto.
Bésame
mientras con mis manos
esculpo tu cuerpo.

María G. Vicent

 


redes…

redes

Cual red que me retenga…

Cual red que me retenga,
dónde un mástil como a Ulises,
dónde un muro de algas pérfidas
que me corte este vuelo,
que me imprima en la lengua
otra sed que no sea
esta sed de tomarte
con huracanes ciegos.
No hay cuerda que me toque,
no hay turbios arrecifes.
Soy un rayo perfecto.
Ardo en un girasol
delirante de celo.
La sangre se me escapa,
tornado adolescente.
Una orquídea de oro
te he de poner por sexo.
No hay ríos maniatados,
no hay sal, no hay torcedura
que me lacere el paso.
Voy a beber el mar
que guardas retenido,
a arrancarte la copa,
el algodón de nieve,
de la leche los lares,
lentos linos, luceros.

Cubro tu cielo tu espalda.
Tú entre mi espalda y el cielo.

Ana Istarú

 


quietudes…

quietudes

Ahora que todo vuelve…

Ahora que todo vuelve: el silencio y la espera,
las palabras que hemos guardado en lugar seguro
todo este julio de viento y nostalgia.
Ahora que todo vuelve: la tibieza del cuerpo
aquietado y dócil bajo las manos amantes
y aquel perderse en las tardes tranquilas,
bosque adentro, por el tapiz crujiente de hojas de pino,
¿no es su valor este esfuerzo cálido y el quererse
con certeza a solas, la dura
voluntad de permanecer, presente y ausente a la vez,
sin pensar que el tiempo es un vacío sin límites?

Mujer: nada me cuesta decir tu nombre,
aunque estés lejos. Lo escribo en las piedras y el agua,
en la sombra acogedora de los árboles a la vera del río
y en el comedor de casa. Sé que oirás
mis palabras, porque llevas en las manos
el signo de un tiempo nuevo, y has crecido en la esperanza
de que alguien lo aceptara sin hacerte preguntas.

Miquel Martí i Pol
De «He heredado la esperanza»
Versión de Adolfo García Ortega

 


progresos…

progresos

El crecimiento

Con la palabra inauguramos, damos vida.
Yo te nombro la playa de mi cuerpo,
la bahía de mi boca,
el abra de mis brazos.
Yo te nombro callada,
yo te nombro vibrante.
Te digo aves, te digo remolinos.

Espeso ahora mi juventud, tú la adulteces.
Grave ahora mi corazón, tú me lo sanas.
Tú me haces crecer como la tierra plantas,
como la tierra uvas,
como la tierra creces.
Y yo crezco contigo.
Me haces crecer sobre tu cuerpo
y soy como una enredadera
tendido entre tus brazos.

Peso ahora tu corazón y el mío:
peso lo doble.

Jaime Labastida
De «El descenso» (1960)

 


ritos iniciáticos…

ritos iniciaticosIniciación

Estoy creciendo de la nada.
Mis ojos tantean
la claridad difusa
mis manos
se posan y tantean
abro agujeros
mi cuerpo agujeros
en el cielo agujeros
tanteo las estrellas
agujeros que llueven
y es dolor
y el dolor penetra
mi cuerpo tantea
el dolor tal vez
el gozo
indaga
descubre el mí
mi boca dice
vuelvo sobre mí
misma y tanteo
¡es tanta la ceguera!
cierro los ojos
lo cierro todo
y de repente me abro
veo
veo lo que no hay
veo
estoy creciendo de la nada.

Chantal Maillard

 


crujidos…

crujidos

 

 

Al caminar parece que crujieran…

Al caminar parece que crujieran
las hojas de la noche y sus cristales.
Es tu hombro, tu pecho, tus rodillas
deshaciendo, esponjando, tu impermeable.

Tu impermeable te ciñe totalmente,
si llevas algo más nadie lo sabe…
Es un cilicio hecho de pliegues duros
sobre la rosa de tu cuerpo suave.

Baldomero Fernández Moreno

 


The Classic films of Irving Klaw (Volume Two)

The Classic films of Irving Klaw (Volume Two)

Betty Mae Page (Nashville, Tennessee, 22 de abril de 1923 – Los Ángeles, California, 11 de diciembre de 2008) fue una modelo pin-up estadounidense que se hizo famosa en la década de 1950 por sus fotos fetiches y pin-up. Su aspecto, con su cabello negro y su flequillo, ha influenciado a muchos artistas.

Fue una de las Playmates del año para la revista Playboy. «Creo que fue una mujer notable, un icono de la cultura pop que ejerció su influencia sobre la sexualidad y las tendencias en la moda, alguien que provocó un tremendo impacto en nuestra sociedad», dijo el fundador de Playboy, Hugh Hefner, a Associated Press.

Los últimos años de su vida estuvieron marcados por la depresión y por violentos cambios de humor pasando algunos años en una institución psiquiátrica. En los años 1960 se convirtió al cristianismo y sirvió en una misión bautista en Angola. Tras años de olvido, su popularidad experimentó un resurgimiento en los años 1980 manteniendo un significativo número de seguidores

Desde 1952 hasta 1957 posó para el fotógrafo Irving Klaw para fotografías a pedido vía correo con temática pin-up, bondage o sadomasoquista, convirtiéndola en la primera modelo de bondage famosa. Klaw también usó a Page en docenas de cortos en blanco y negro de 8 y 16mm, films «especiales» que eran encargados por clientes específicos. Estas apariciones silentes mostraban a mujeres vestidas en lencería y tacones altos, actuando en escenarios fetichistas de abducción, dominación y entrenamiento de esclavos con bondage, nalgadas y elaborados trajes de cuero y ataduras. Page alternaba entre interpretar a una severa dominatrix y una víctima indefensa, atada de pies y manos. Klaw también produjo una línea de instantáneas tomadas durante estas sesiones. Algunas se han convertido en imágenes icónicas.


The Classic films of Irving Klaw (Volume one)

The Classic films of Irving Klaw (Volume one)

Betty Mae Page (Nashville, Tennessee, 22 de abril de 1923 – Los Ángeles, California, 11 de diciembre de 2008) fue una modelo pin-up estadounidense que se hizo famosa en la década de 1950 por sus fotos fetiches y pin-up. Su aspecto, con su cabello negro y su flequillo, ha influenciado a muchos artistas.

Fue una de las Playmates del año para la revista Playboy. «Creo que fue una mujer notable, un icono de la cultura pop que ejerció su influencia sobre la sexualidad y las tendencias en la moda, alguien que provocó un tremendo impacto en nuestra sociedad», dijo el fundador de Playboy, Hugh Hefner, a Associated Press.

Los últimos años de su vida estuvieron marcados por la depresión y por violentos cambios de humor pasando algunos años en una institución psiquiátrica. En los años 1960 se convirtió al cristianismo y sirvió en una misión bautista en Angola. Tras años de olvido, su popularidad experimentó un resurgimiento en los años 1980 manteniendo un significativo número de seguidores

Desde 1952 hasta 1957 posó para el fotógrafo Irving Klaw para fotografías a pedido vía correo con temática pin-up, bondage o sadomasoquista, convirtiéndola en la primera modelo de bondage famosa. Klaw también usó a Page en docenas de cortos en blanco y negro de 8 y 16mm, films «especiales» que eran encargados por clientes específicos. Estas apariciones silentes mostraban a mujeres vestidas en lencería y tacones altos, actuando en escenarios fetichistas de abducción, dominación y entrenamiento de esclavos con bondage, nalgadas y elaborados trajes de cuero y ataduras. Page alternaba entre interpretar a una severa dominatrix y una víctima indefensa, atada de pies y manos. Klaw también produjo una línea de instantáneas tomadas durante estas sesiones. Algunas se han convertido en imágenes icónicas


anhelos…

anhelos

 

Ella se siente a veces…

Ella se siente a veces
como cosa olvidada
en el rincón oscuro de la casa
como fruto devorado adentro
por los pájaros rapaces,
como sombra sin rostro y sin peso.
Su presencia es apenas
vibración leve
en el aire inmóvil.
Siente que la traspasan las miradas
y que se vuelve niebla
entre los torpes brazos
que intentan circundarla.
Quisiera ser siquiera
una naranja jugosa
en la mano de un niño
-no corteza vacía-
una imagen que brilla en el espejo
-no sombra que se esfuma-
y una voz clara
-no pesado silencio-
alguna vez escuchada.

Alaíde Foppa

 


secretos…

Misterio

Si tu alma pura es un broche
que para abrirse a la vida
quiere la calma adormecida
de las sombras de la noche;

Si buscas como un abrigo
lo más tranquilo y espeso,
para que tu alma y tu beso
se encuentren sólo conmigo;

Y si temiendo en tus huellas
testigos de tus amores,
no quieres ver más que flores,
más que montañas y estrellas;

Yo sé muchas grutas, y una
donde podrás en tu anhelo,
ver un pedazo de cielo
cuando aparezca la luna.

Donde a tu tímido oído
no llegarán otros sones
que las tranquilas canciones
de algún ruiseñor perdido.

Donde a tu mágico acento
y estremecido y de hinojos,
veré abrirse ante mis ojos
los mundos del sentimiento.

Y donde tu alma y la mía,
como una sola estrechadas,
se adormirán embriagadas
de amor y melancolía.

Ven a esta gruta y en ella
yo te daré mis desvelos,
hasta que se hunda en los cielos
la luz de la última estrella.

Y antes que el ave temprana
su alegre vuelo levante
y entre los álamos cante
la vuelta de la mañana.

Yo te volveré al abrigo
de tu estancia encantadora,
donde el recuerdo de esa hora
vendrás a soñar conmigo…

Mientras que yo en el exceso
de la pasión que me inspiras
iré a soñar que me miras,
e iré a soñar que te beso.

Manuel Acuña