El lamento de Dor-lómin

desnudos…

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En una de esas tardes…

En una de esas tardes
sin más pintura que la de mis ojos,
te desnudé
y el viaje de mis manos y mis labios
llenó todo tu cuerpo de rocío.

Aquel mundo amanecido por la tarde,
con tantos episodios sin historias,
fue silenciosamente abanderado
y seguido por pueblos de ansiedades.

Entre tu ombligo y sus alrededores
sonreían los ojos de mis labios
y tu cadera,
esfera en dos mitades,
alegró los momentos de agonía
en que mi vida huyó para tu vida.

Estamos tan presentes,
que el pasado no cuenta sin ser visto.
No somos lo escondido;
en el torrente de la vida estamos.

Tu cuerpo es lo desnudo que hay en mí
toda el agua que va rumbo a tus cántaros.
Tu nombre, tu alegría…
Nadie lo sabe;
ni tú misma a solas.

Carlos Pellicer

 

6 comentarios

  1. Es precioso, yo no puedo leer esto, ya que cuando lo leo, tengo ganas de tener cerca a mi chica XDDDD

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    21 enero, 2014 en 10:21

  2. tarantinerd

    Maravilloso!!

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    19 enero, 2014 en 21:24

  3. Gatita de Mitxel

    Tarde lenta y llena de sueños como ecos de un sólo sueño con tu nombre. Todas las tardes que salen con su cálida existencia de tus manos dibujantes.
    Me hago rosca y recogida atesoro esos segundos en abrazo de sonrisas codiciosas. Río escondiendo el rubor que tal imagen usa de pigmento en cada trocito de piel expuesta a tu escrutinio…
    Y suspiro restando números al calendario mientras pinto, casi sin darme cuenta, escamas en una esquina de cada día por vivir hasta esa tarde un poco perezosa pero llena de despertares sumergidos en ambos y en tríos.
    Te amo, mi querido Dueño, en el sueño y la vigilia…

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    19 enero, 2014 en 16:05

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