El lamento de Dor-lómin

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impaciencias…

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Detenida en el hueco de tu espacio…

Detenida en el hueco de tu espacio,
fácil a la impaciencia de tu mano,
en el juego incansable, agua y luz,
de la arena y la ola por la playa.

Encendida de ti, llama en tu fuego,
varada ya en tu orilla, puerto y ancla,
presintiendo las cifras de la resta,
mientras sumo otra vez amor y duda.

Otra vez a volar, redoble, vuelo.
A contra luz voltean las campanas
el alegre repique de esta tarde
en vuelo por el aire de tu torre.

Concha Lagos

 


palabras…

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El amor

Las palabras son barcos
y se pierden así, de boca en boca,
como de niebla en niebla.
Llevan su mercancía por las conversaciones
sin encontrar un puerto,
la noche que les pese igual que un ancla.

Deben acostumbrarse a envejecer
y vivir con paciencia de madera
usada por las olas,
irse descomponiendo, dañarse lentamente,
hasta que a la bodega rutinaria
llegue el mar y las hunda.

Porque la vida entra en las palabras
como el mar en un barco,
cubre de tiempo el nombre de las cosas
y lleva a la raíz de un adjetivo
el cielo de una fecha,
el balcón de una casa,
la luz de una ciudad reflejada en un río.

Por eso, niebla a niebla,
cuando el amor invade las palabras,
golpea sus paredes, marca en ellas
los signos de una historia personal
y deja en el pasado de los vocabularios
sensaciones de frío y de calor,
noches que son la noche,
mares que son el mar,
solitarios paseos con extensión de frase
y trenes detenidos y canciones.

Si el amor, como todo, es cuestión de palabras,
acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma.

Luis García Montero

 


promesas…

 

Maria Callas – Madame Butterfly

Un bello día, veremos
levantarse un hilo de humo
en los confines del mar,
y luego aparecerá la nave.

Y el barco es de color blanco,
entra en el puerto,
truena su saludo,
¿ves? ¡ha venido!

Yo no voy a su encuentro, yo no,
me siento sobre la colina
y espero mucho tiempo,
y no me pesa la larga espera.

Y dejando a la multitud de la ciudad,
un hombre, un pequeño punto,
sube por la colina.

¿Quién será?, ¿quién será?
¿y cómo habrá llegado,?
¿qué dirá?, ¿qué dirá?
¿llamará a Butterfly desde la distancia?

Yo sin responder
permanezco oculta,
un poco en broma,
un poco para evitar la muerte
en el primer encuentro,
y en su pena de dolor
llamará, llamará:
«nena, esposa,
fragancia de verbena»;
los nombres con los que acostumbraba a llamarme.

Todo esto ocurrirá,
te lo prometo
guarda el miedo,
yo con fe segura, lo espero.

Giacomo Puccini

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Maria Callas – Madame Butterfly

Un bel dì, vedremo
levarsi un fil di fumo
sull’estremo confin del mare
e poi la nave appare.

E poi la nave è bianca.
entra nel porto,
romba il suo saluto
vedi? é venuto!

Io non gli scendo incontro, io no.
mi metto là sul ciglio del colle
e aspetto gran tempo
e non mi pesa a lunga attesa.

E uscito dalla folla cittadina
un uomo, un picciol punto
s’avvia per la collina.

Chi sarà?, chi sarà?
e come sarà giunto
che dirà?, che dirà?
chiamerà Butterfly dalla lontana.

Io senza far risposta
me ne starò nascosta
un po’ per celia,
un po’ per non morire
al primo incontro,
ed egli al quanto in pena
chiamerà, chiamerà:
«piccina, mogliettina
olezzo di verbena»;
i nomi che mi dava al suo venire.

Tutto questo avverrà,
te lo prometto
tienti la tua paura
io con sicura fede lo aspetto.

Giacomo Puccini

 


espejismos…

Poema 739

Muchas veces pensé que la paz había llegado
cuando la paz estaba muy lejos-
como los náufragos- creen que ven la tierra-
en el centro del mar-

y luchan más débilmente -sólo para probar
tan deshauciadamente como yo-
cuántas ficticias costas-
antes del puerto hay-

Emily Dickinson
Versión de Silvina Ocampo