El lamento de Dor-lómin

Alucinaciones y Paranoias (vol. 5)

Volviendo al tema del tiempo, decía que es curioso cómo desaparece la sensación temporal cuando nos adentramos en un bosque, parece como si los árboles nos hicieran partícipes de su longevidad, de su vida centenaria, de tal forma que las estaciones y los años completos dejan de tener importancia, una primavera no es mas que una minucia y un año es sólo un ciclo de minucias. Lo único que importa es la continuidad del propio bosque, y sobre todo su silencio, ese silencio mágico, que casi se puede palpar, a veces, levemente interrumpido por el crujido de algún arbusto, indicándonos que, después de todo, no estamos tan solos como parecía, que a pesar de ese mismo silencio la vida fluye alrededor de nosotros, aunque no la veamos, aunque no seamos conscientes de su presencia, aunque tratemos de ignorarla, la vida está siempre ahí, tal vez justo detrás nuestro, quizás acechándonos, espiándonos y, finalmente, sorprendiéndonos, ¡en el preciso instante en que nos encontramos con los pantalones bajados!

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Cantaba un borracho, y no era Bukowski, hablando de la historia de Pedro Navaja, pero eso no es lo peor, lo peor de todo, como decía Ray Loriga, es que «si naciste pa’ martillo, del cielo te caen los clavos». Realmente la vida es una sorpresa continua, ¿o es que nunca habéis visto amanecer? Creo sinceramente que aquel que dice que está aburrido, es que, simplemente, no sabe ver todo lo que ocurre alrededor suyo en cada momento. Suele ser un tipo de gente que está tan ocupada preocupándose de sí misma, que no ve más allá de sus narices, y no porque las tenga muy largas precisamente, sino porque tienen una cierta tendencia natural a creerse el ombligo del mundo. Generalmente, es mejor no decirles cual es la parte de la anatomía del universo que les corresponde, ya que también suelen ser bastante quisquillosos, así que lo más indicado en estos casos, suele ser callarse y permitir que se sigan engañando a sí mismos. Pero bueno, vamos a dejar los engaños a un lado, que me tengo prohibido hablar de política.

Mitxel 2010

4 comentarios

  1. Gatita de mitxel

    Adoro esa sensación de humildad y calma que te llega a abrumar cuando las propias normas que nos atan normalmente entre otros hombres , desaparecen. La velocidad en el bosque puede ser la de la gota de savia que asciende milímetro a milímetro hasta la rama más alta, o tan rápida como el parpadeo de un búho real.
    Yo ese sentimientolo lo he tenido una vez sobre todas las demás, en mar abierta, navegando solo a vela y con una magnífica luna llena bien sujeta entre los obenques del palo mayor… Nunca mejor dicha la expresión «Sentir que estás en una cáscara de nuez». El tiempo ahí lo marcan las olas, el rumor de ti mismo sorbiendo despacito un café demasiado caliente aderezado con algo de coñac, el susurro del casco contra el agua o el parpadeo rojo y fantasmal de la brújula esférica en la que tratas de clavar y no clavar a la vez los ojos… y es un atravesía eterna y sólida como pocas. Sólo puedes mirar en tu interior, mirar sin juzgar, sin preocuparte o estresarte. Es verdaderamente mágico…

    Gracias por compartir esa memoria tuya, mi Dueño… es preciosa. ;»)

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    20 noviembre, 2013 en 18:40

    • Un día tienes que relatarnos a todos esa travesía de tus dos mares Gatita, el externo y interno :*

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      20 noviembre, 2013 en 19:32

  2. Se nota que escribes con corazon.

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    15 marzo, 2012 en 2:29

  3. gracias ruliña, un besazo tambien para ti 🙂

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    14 marzo, 2012 en 22:51

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